El presidente electo en Colombia, Gustavo Petro, asumirá un gobierno con desafíos económicos por los que tendrá que manejar con pericia las expectativas de un establishment económico que lo mira con recelo y la forma de satisfacer las necesidades esenciales que fueron ejes de las demandas de las protestas sociales contra el actual gobierno.
«Nosotros vamos a desarrollar el capitalismo en Colombia. No porque lo adoremos, sino porque tenemos primero que superar la premodernidad», sostuvo el izquierdista Petro durante los festejos, una vez que se conoció el resultado del balotaje del último domingo y se confirmó el triunfo sobre Rodolfo Hernández.
El líder del Pacto Histórico (PH) consideró que la campaña electoral estuvo llena de «mentiras y miedo porque lo acusaron de querer expropiar a los colombianos y destruir la propiedad privada».
Esa campaña condujo a Petro y su futura vicepresidente, Francia Márquez, a firmar un documento -bajo juramento- en el que se comprometieron a no expropiar durante su administración.
«No expropiaré. No voy a expropiar nada ni a nadie», repitió Petro casi como un mantra en distintas oportunidades.
A su turno, Francia Márquez, en una entrevista con la cadena de televisión Caracol, insistió: «No vamos a expropiar a nadie y todo el mundo puede estar tranquilo».
El nuevo Congreso se instalará el 20 de julio y el presidente electo tomará posesión el 7 de agosto para un mandato de cuatro años.
País polarizado
El economista y politólogo, Jorge Bustamante, quien fue titular del Departamento de Estadísticas de Colombia, comentó: «El país está muy polarizado y tiene problemas de confianza en las instituciones del Estado lo cual se expresa en un indicador del Banco Interamericano de Desarrollo que determinó que el 85% de los colombianos no creen ni en la dirigencia pública ni privada, ni en las instituciones».
En ese contexto, la dirigencia colombiana debe dar respuesta «a una situación social delicada ya que cerca del 42% de las familias están entre pobreza o pobreza extrema. Eso quiere decir que son personas que no comen dos veces al día o una».
El Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia, en los datos más recientes, estimó que en 2021 la pobreza monetaria estuvo en un 39%, que se traduce en que 19,6 millones de ciudadanos no tienen suficientes ingresos para satisfacer sus necesidades básicas.
En tanto, la pobreza extrema llegó al 12,2%, es decir a 6,1 millones de colombianos que no suplen su alimentación esencial.
A eso se suman que el desempleo «sigue muy alto, está en 13.7%» y el problema de la inflación es «complejo, porque buena parte de esa ella es por factores externos».
Asimismo, el politólogo colombiano Alejandro Cortés-Arbeláez, desde una mirada de los acuerdo políticos para impulsar reformas económicas, valoró que el primer cambio que necesitará impulsar Petro es «la forma en la cual se capta la renta».
«Colombia es un país que concentra la riqueza y esa situación hace que nos convirtamos en un país poco democrático», describió.
El presidente electo estipuló en su programa «Colombia Potencia Mundial de la Vida» que impulsará la «justicia tributaria de equidad y progresividad» y prometió que no extenderá el IVA «a la canasta familiar», además de desmontar «beneficios tributarios» al sector de energías no renovables.
También habló de «un gravamen a las grandes fortunas y latifundios sin producción» y propuso prohibir que se recurra a paraísos fiscales a «quienes reciben recursos públicos».
Respecto a la reforma tributaria Cortés-Arbeláez consideró que «grava a los grandes capitales en beneficio de construir una base lo suficientemente sólida para generar beneficios para los menos privilegiados, en términos de subsidios y de posibilidades de accesos».
No obstante, para Bustamente otro de los factores a considerar como desafíos de la agenda económica de Petro es la deuda externa que «subió mucho y está en 170 mil millones de dólares, entre pública y privada. Es bastante grande y hay que tener cuidado con eso porque el peso colombiano se ha devaluado», remarcó.
Una situación complicada
El diario colombiano El Espectador informó hoy que el país lleva «uno tres años con déficits fiscales que rondan el 7% del PIB y con una deuda que, hasta esta semana, algunos proyectaban cerraría el año por encima del 60 % del PIB».
Según el mismo medio, las previsiones del gobierno de Iván Duque son más favorables ya que esperan que el contexto de aumento de precio de los commodities ayude a cerrar el 2022 «con una reducción de 4,3 puntos porcentuales».
Bustamante también estimó que «en este momento hay una ventaja para Colombia porque exporta petróleo, carbón, coltán, níquel, cobre, oro y café. Todos esos commodities están a
precios muy interesantes, lo que podría ofrecer oportunidades al nuevo gobierno», subrayó.
«Le va a dar un espacio fiscal interesante desde el punto de vista de los ingresos tributarios», aseveró.
Además, el PH propuso para su gestión de gobierno un sistema de «pensión no contributiva universal» para cierto sector de la población además de unificar el actual sistema mixto de pensiones en uno con mayor participación estatal.
El primero de sus pilares será uno «solidario básico» que garantizará un «bono pensional no contributivo» a adultos mayores sin pensión.
Bustamante estimó, en la misma línea que Cortés-Arbeláez, que si Petro «piensa en programas sociales de envergadura, tiene que hacer una reforma tributaria muy complicada».
Analistas ven un entorno de mercado «poco favorable» en Colombia
El triunfo de Petro tiene en vilo al mercado, aunque algunos analistas creen que el país cuenta con suficientes controles para evitar que la nueva administración lleve a cabo políticas económicamente irresponsables.
«El resultado del domingo dejó un panorama poco favorable para el mercado», coincidieron varios analistas.
El gestor de Vontobel AM, Thierry Larose, señaló: «Se espera que la prima de riesgo del país se revalorice más a raíz de un resultado supuestamente poco favorable para el mercado».
«El daño será relativamente limitado, debido a la ya amplia prima de riesgo colombiana y al hecho de que el país cuenta con suficientes controles para evitar que la nueva administración lleve a cabo políticas económicamente irresponsables», agregó.
Sin embargo, el analista no descarta que Petro tenga más éxito que su predecesor Iván Duque a la hora de abordar la violencia provocada por la insurgencia y el narcotráfico en los departamentos del Pacífico, lo que mejoraría «positiva y significativamente las perspectivas de productividad y crecimiento potencial de Colombia».
No obstante, Larose indicó que las propuestas del ex guerrillero de desalentar las inversiones en los sectores del petróleo, el gas y la minería en el futuro «probablemente limitarán el crecimiento a medio plazo y pesarán sobre la balanza exterior del país».
Por su parte, Renzo Merino, analista de la agencia crediticia Moody’s, señaló que abordar temas como la desigualdad y la pobreza «puede ser positivo para el perfil de crédito soberano de Colombia, en la medida en que permita reducir las tensiones sociales sin afectar de forma notable a la sostenibilidad fiscal».
«Los choques negativos que mermen la confianza de los inversores, impactarán en el crecimiento
económico, el proceso de consolidación fiscal y las perspectivas crediticias del país», enumeró.
En este sentido, el analista sostuvo que la victoria de Petro «pondrá a prueba la capacidad de las instituciones en Colombia para asegurar la continuidad en el manejo prudente de la macroeconomía del país».
«Dado que el Gobierno carecerá de mayorías legislativas, será necesario generar consensos políticos para avanzar su programa de Gobierno», concluyó Merino.